Avui, 22 d’Octubre de 2017 els nostres companys fondistes Jose, Juanmi, José Manuel Pedrinaci i Jordi Garrido varen participar a la Cursa Mitja del Castell (Papiol). Una de les curses mes dures de la zona amb 25,6 kms i 1150m de desnivell positiu acumulat. I amb una sortida accidentada !!!!!!

Cursa Mitja del Castell
A continuació us deixo amb la gran crònica realitzada pel Jose
Cursa Mitja del Castell 25,6 kms
La misma rutina de siempre, cenar espaguetis acompañados de la magnifica salsa de cosecha propia de atún y tomate. El ritual empezaba otra vez, irse a dormir temprano pero como era de esperar algo se interponía, una vez más el sueño se quedaba limitado. El despertador sonaba a las 7:00h y firme como un púgil me vestía, desayunaba un par de mandarinas y un zumo de melocotón seguido de una galleta, y me desplazaba al punto de reunión: la casa de Juanmi, que allí me esperaba junto a Pedrinaci.
Reunidos los tres venía Garrido, nuestro taxista corredor con su flagrante coche nuevo y allí nos dispusimos a empezar nuestro viaje.
A todos en el coche algo nos pasaba, que si la cadera, que si no he dormido bien, que si el “isquio”… una canción usual y divertida, a parte de las risas entre compañeros. Llegamos y nos dirigimos a por los dorsales, volvimos al coche y nos cambiamos. Un detalle, como a Garrido no lo conocía nadie,-ironía claro-, porque nos paramos una decena de veces para hablar antes de decir: ¡listos para empezar la carrera!
Pistoletazo de salida, mejor dicho chupinazo y diez metros de distancia… empieza el surrealismo cuando el Sr. Garrido me dice “¡Ostras me ha dado una piedra en la cabeza!” y me enseña la mano izquierda bañada de sangre, lo miro asombrado y veo dos ríos Amazonas, -y no exagero-, de sangre cayendo por la frente y la nariz.
Aturdido, sin comprender nada le cojo del brazo y cambiamos el sentido de la marcha hacia lo que todos conocemos como el puesto de socorro y en el camino escucho decir a mi compañero “¡el palo del cohete!”. No sabía si reír o llorar, era como el del chiste del campo y la paloma pero con mil corredores, decenas de coordinadores y puestos y otra buena cantidad de policías y el palo, claro que cayó encima de Jordi Garrido.
Afortunadamente todo quedó en un susto y cuando el control se palpaba en el aire empezaba mi carrera, eso sí, detrás del coche escoba que por cierto me sentía un atleta de elite, adelantando a todo el mundo. Aun así no olvido que era una carrera bastante dura valorada con desnivel de más de 1100 metros que como decimos y llamamos una buena rompe piernas teniendo en cuenta a los 25 km de distancia. A pesar de ello, recomendable totalmente por las sensaciones buenas y agradables por parte de todos.
Por cierto y para acabar, si yo salí detrás del coche a empezar mi carrera después de todo, Garrido salió y bien que salió, porque como yo acabó la carrera.